Tuve una experiencia maravillosa en Hidaji. La habitación era espaciosa, con un onsen privado que proporcionó la relajación perfecta. La cena y el desayuno estaban exquisitamente presentados y eran abundantes, con ingredientes frescos y locales que hicieron cada comida memorable. El personal fue extremadamente acogedor y atentó, asegurándose de que todos nuestros deseos fueran cumplidos. Sin duda, es un destino ideal para desconectar y disfrutar de la belleza natural que rodea al ryokan.

El acceso al lugar es un poco complicado.

La estancia en este lugar fue simplemente mágica. Las habitaciones son amplias y cuentan con un onsen privado que es ideal para relajarse después de un día explorando los alrededores, como el cercano Okuhida Bear's Park. La cena fue una experiencia gastronómica increíble con recetas tradicionales que nos hicieron disfrutar aún más de la cultura japonesa. Sin duda, recordaré la tranquilidad del entorno y la belleza del paisaje montañoso.

hidaji superó mis expectativas en takayama. la habitación japonesa era amplia, con onsen privado y la cena tradicional deliciosa. el personal fue muy atento y la tranquilidad del lugar es perfecta para desconectar.

falta de bebidas en la cena.

Déjame explicártelo fácil y rápido

Este ryokan ofrece una experiencia inolvidable. Las habitaciones son amplias y cuentan con un onsen privado, lo que permite una relajación total. La cena y el desayuno son auténticos, aunque podrían no agradar a todos los paladares. El entorno montañoso proporciona una serenidad única que hace que valga la pena cada yen gastado. Simplemente espectacular.

la experiencia del onsen privado en la habitación es increíble. el olor de la habitación era desagradable.

una experiencia mixta

La habitación era espaciosa y acogedora, con un onsen privado que ofreció el máximo confort y tranquilidad. La cena fue una explosión de sabores locales, con atención a los detalles y presentación impecable, algo que realmente hizo nuestra estancia especial.

La falta de orientación sobre el uso de algunas instalaciones hizo que nos sintiéramos un poco desubicados al principio.

El ryokan Hidaji es realmente especial, desde el momento que llegas te vistes con un kimono, lo que te hace sentir parte de la cultura. La habitación era amplia con tatami y un onsen privado que te permite relajarte a tu propio ritmo. La cena fue una experiencia gastronómica única con platos tradicionales que, aunque diferentes para el paladar occidental, eran muy sabrosos. Además, disfrutar de un onsen compartido al aire libre con vistas impresionante, un auténtico lujo después de un día de exploración.

El único inconveniente que tuvimos fue la falta de explicación sobre algunas instalaciones al llegar, lo que hizo que nos sintiéramos un poco perdidos al principio.

volvería encantado.

La habitación era enorme y contaba con un onsen privado, además de uno exterior. Disfruté de un tatami acogedor, un yukata cómodo y amenities como tea/coffee maker y un minibar. La experiencia fue increíble, especialmente la cena y el desayuno auténticos. Las instalaciones, limpias y bien cuidadas, tenían un masaje espectacular y un baño termal que vale la pena.

La experiencia de estar en el onsen privado fue increíble y mi nieto disfrutó cada momento. Los paisajes montañosos son preciosos, y la comida que sirvieron en el restaurante fue muy rica y auténtica, hecha con ingredientes de temporada.

Mi mujer dice que sería genial contar con más opciones de actividades para los niños.